El yacimiento arqueológico Cúllar-Baza 1 (CU-1), es un yacimiento en el cual hay indicios de actividad humana para unas fechas entre los 780.000 y los 650.000 años, es decir a finales del pleistoceno inferior e inicios del pleistoceno medio, se trata de una escasa colección de piezas de sílex, y en menor medida de cuarcita. Las campañas de excavación realizadas en las décadas de los sesenta y ochenta del siglo XX sobre este yacimiento aportaron evidencias arqueo-paleontológicas que lo sitúan en la transición de los Plaistocenos Inferior y Medio propiamente dichos. Los indicadores de presencia humana se reducen a escasos.
Cúllar-Baza 1 se encuentra situado a una altitud de 964,11 metros sobre el nivel del mar entre los municipios de Cúllar y Oria, y posee una planta de 6x8 metros totalmente excavada, aunque consta la existencia de cortes previos ahora desaparecidos.
Aunque no hay un número total publicado de elementos obtenidos en la campaña de 1973, se estima una cifra superior a doscientas piezas inventariadas. Sobre materiales recuperados en 1975 no es posible realizar estimación. En 1987 se obtuvieron un total de trescientas veintiséis piezas registradas. La media de especímenes identificados por metro cúbico es superior a la densidad de yacimientos similares y próximos, como Huéscar-1 o Huélago-3.
El yacimiento de CU-1 muestra escasos aunque firmes indicios de actividad humana en torno a los 780.000 y 650.000 años de antigüedad. El registro de industria lítica localizada en las campañas de excavación y especialmente de algunos objetos sobre sílex permite entrever estrategias diferenciales de aprovisionamiento respecto a los recursos abióticos, así como la existencia de estos elementos en diferentes niveles confirma cierto grado de reiteración para este tipo de actividades. El conjunto faunístico registrado no ha arrojado por el momento la observación de cortes o señales de procesado antrópico, así como los aspectos tafonómicos del depósito tampoco indican por el momento influencia homínida a destacar sobre los elementos existentes. Por otra parte, también se ha constatado la presencia de posibles evidencias de útiles sobre hueso. La estratigrafía local muestra cómo el área se constituía de charcas estacionales que veían aumentada o disminuida su capa de agua en función de las dinámicas globales del paleo-lago de Baza y los aportes fluviales a éste.
Se ha estimado una extensión mínima conservada en la actualidad con potencial arqueo-paleontológico de unos 15.000 m2, al determinar los límites naturales de los estratos con evidencias de visu con objetivos de una mejor y mayor protección del mismo. La coherencia del yacimiento a nivel territorial, en la confluencia de las orillas del paleo-lago de Baza con cursos fluviales que vertían en él, convierte a CU-1 en uno de los yacimientos de ambientes límnicos mejor preservados. El buen nivel de conservación de los restos hallados, junto a la escasa movilidad post-deposicional de los mismos, lo caracterizan por un importante grado de fiabilidad respecto a su génesis y conservación posterior, no habiéndose visto afectado por ningún fenómeno destacado, salvo la erosión de desmonte y generación de badlands actual.
Fuente imágenes: Universidad de Granada
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Last modified: junio 6, 2017